INTRODUCCIÓN

Este es un  espacio que está dedicado a mostrar una fragmento de la biografía de los escritores hondureños en forma general, este país tiene escritores con talento innato algunos de ellos destacados internacionalmente pero pocos conocidos por la mayoría de los hondureños por lo que este espacio pretende  dar una pequeña muestra de la vida de estos grandes hombres y algunas de sus obras.

MIGUEL PAZ BARAHONA

 Retazos Históricos en la Vida de un ex Presidente Humanitario
   Miguel Paz Barahona: “el garañón” de los valles

                                            Por • Renán Martínez.
 
Pinalejo, Santa Bárbara. La enorme prole dejada por el ex presidente de Honduras, Miguel Paz Barahona, es una muestra elocuente de su espíritu romántico y su amor por las mujeres. No en balde le decían "el garañón pintado de los valles de Santa Bárbara", manifestó el ministro de Cultura, Artes y Deportes, Rodolfo Pastor Fasquelle durante la inauguración de la Casa de la Cultura en esta comunidad, en honor al ilustre varón.

Paz Barahona nació en esta comarca el 3 de septiembre de 1863 y murió el 11 de noviembre de 1937, dejando la imagen de un médico humanitario, un presidente visionario, como también de un galante caballero.

Por sus muchos amoríos dejó más hijos que los que cualquier mortal hubiera engendrado con una sola mujer, manifestó Pastor Fasquelle.

Cómo médico viajaba largas distancias a lomo de mula, visitando personas muy enfermas para regalarles medicinas o practicarles alguna cirugía, a veces sin cobrar sus honorarios.

Luis Mejía Paz, uno de los nietos que aún le sobreviven en Pinalejo relató que siendo Presidente de Honduras, su abuelo viajó a esta comunidad expresamente a operar a un conocido que lo llamó porque

A orillas de la comunidad, el río Plátano forma la Poza de los Presidentes le había aparecido una inflamación en la cara.

Se llamaba Román Sabillón, la persona le pidió al mandatario que lo asistiera porque sólo en él podía confiar. Hasta poco antes de su muerte ocurrida años después, Román Sabillón anduvo mostrando con orgullo la cicatriz en el pómulo derecho que le dejó la operación practicada por el doctor.
Paz Barahona también tenía fama de ser un hombre recto en sus actuaciones. Dice su nieto que en cierta ocasión llegó ante él un amigo suyo a pedirle una carta de recomendación para el juez, en vista de que se había robado una vaca y era buscado por la autoridad. "Cometí un error, ayúdeme", le dijo. El Presidente entonces le entregó un sobre sellado dirigido al juez, pero no contenía ninguna carta de recomendación, sino una nota en la que le comunicaba que el portador era el abigeo que andaban buscando y que procediera a darle captura. 
Como testigo de la niñez del mandatario en esta comunidad, está la casa donde nació, ahora convertida en museo, como también la poza donde se bañaba, bautizada como La Poza de los Presidentes, porque en sus aguas también se sumergieron, Luis Bográn y Francisco Bográn, otros dos de los grandes mandatarios de Honduras.

A Paz Barahona se le recuerda además como uno de los grandes impulsores de la educación pública y del deporte. El barrio Paz Barahona de San Pedro Sula, lleva su nombre porque allí también vivió él y cedió terrenos de su propiedad para la construcción de centros educativos y recreativos, dijo Bernardo Rivera Paz, otro de sus nietos. Recordó que por su enorme proyección hacia el pueblo, muchas escuelas, colegios e instituciones gubernamentales han sido bautizados con el nombre del ilustre gobernante.

Aunque era de filiación nacionalista, dio la suficiente apertura para que su sucesor en el mandato de la nación fuera un liberal: el doctor Vicente Mejía Colindres, por eso sus correligionarios lo acusaron de traidor.

Colaboró con el gobierno de Tiburcio Carías Andino en su primer período, pero cuando éste se decidió por el continuismo en vez de dar elecciones libres, rechazó cualquier cargo público, lo cual "el hombrón de Zambrano" entendió como un acto de insubordinación y lo mandó al exilio.
La casa donde nació Paz Barahona conserva su diseño original.
Rivera Paz reconoció que su abuelo fue un hombre enamoradizo, pero considera que no tuvo tanta descendencia como la que se le atribuye. "Tuvo siete hijos legítimos y otros fuera de matrimonio pero no fueron muchos. Su apellido se ha propagado porque también tuvo hermanos que a la vez tuvieron descendientes", indicó.
Ratificó que le llamaban "el garañón" por romántico, y "pintado" porque tenía manchas de cativí en su brazo izquierdo. Es decir que fue amado por las mujeres tanto como por el pueblo, que no cesa de rendirle homenajes. 

PRESIDENTE CONSTITUCIONAL

Gobernó a Honduras del 1 de febrero de 1925 al 1 de febrero de 1929. En su administración no se realizaron importantes obras materiales, pero se produjo una pausa de relativa tranquilidad social.
Se garantizó el regreso de los emigrados políticos y se llegó a un arreglo para cancelar la deuda con Inglaterra. Con este fin se celebró el famoso Contrato Alcerro- King, y Honduras recobró su crédito en el extranjero.
En el aspecto negativo destaca la persecución contra periodistas y ciudadanos opuestos a su alianza incondicional con los intereses de Estados Unidos. Froilán Turcios, uno de los escritores más críticos de esa alianza, fue víctima de persecución.
Llevo una política de fraternidad y concordancia, dándoles garantías y plena libertad a los numerosos emigrados políticos. Reparo los estragos causados por la revolución. Cancelo difinitivamente la vieja deuda externa de Honduras proveniente del empresito que consiguiera para la construcción del Ferrocarril Interoceánico. Estableció las baces para la conversión de la moneda, llegándose a una unidad monetaria Nacioanal. Convoco a elecciones de Autoridades Supremas dando una libertad integra, saliendo triunfante el Dr. Vicente Mejía Colindres, como Presidente y como Vice- Presidente el Ing. Rafael Diaz Chavez. El Gobierno del Dr. Miguel Paz Barahona fue uno de los más brillantes en la Historia Política de Honduras.

Cronología De La Literatura Hondureña

1941
Por: José González
* Daniel Laínez, consagrado poeta nacional, estampa su firma en el libro primigenio de Gumersindo Gómez Paniagua, Matices. Se edita en la imprenta La Razón de Tegucigalpa y contiene prosa y verso (10 sonetos).
* Carlos Izaguirre publica en México su poemario Nieblas. Consta de 28 poemas y el libro lleva en su interior, impresionantes plumillas de Arturo López Rodezno. Mientras tanto, Daniel Laínez publica en Tegucigalpa Isla de Pájaros, de claro y recordado sabor marino. El prólogo de este libro está a cargo de Carlos Izaguirre.
* Llega a residir a La Ceiba el futuro novelista Ramón Amaya Amador. Allí aprenderá el oficio periodístico trabajando en El Atlántico, diario que dirige Ángel Moya Posas, pariente de Amaya Amador.
* Manuel Luna Mejía, graduado de Licenciado en Derecho, publica su libro primero al que tituló adecuadamente En Blanco Menor.
* Lucila Gamero de Medina publica en México su novela Betina.
* Héctor Pérez Estrada, editor graciano radicado en San Pedro Sula y copropietario junto a sus hermanos Tito (esposo de Lucila Estrada de Pérez) y Álvaro, de la Tipografía Pérez Estrada, compila y publica el libro Patria y Belleza, antología poética de claro amor cívico a la patria.
* Renán Pérez, de abolengo “patepluma”, publica en San Pedro Sula, lugar de su residencia, el poemario Flores de Durazno.
* Con prólogo de Arturo Mejía Nieto y editada en Santiago de Chile, Rafael H. Valle publica su Índice de la Poesía Centroamericana.
* En La Habana, Néstor Bermúdez publica un segundo tomo de Perfiles Fugaces de Escritores Hondureños. En cambio, Víctor Cáceres Lara, hace su ingreso al parnaso hondureño al publicar en San Pedro Sula su poemario Arcilla.
* Nace en Olanchito, Yoro, el 18 de mayo, Juan Ramón Martínez, más tarde narrador y excelente biógrafo. Mientras tanto en Aguanqueterique, La Paz, el 24 de junio nace Juan Medina, cuentista. En Coyoles Central, Olanchito, un 9 de abril, nace José Adán Castelar, poeta en su adultez. En Nacaome nace Arturo Alvarado, un 4 de noviembre.
* Marcos Carías Reyes publica en Tegucigalpa su libro Cuentos de Lobos, mientras que en San Pedro Sula, Augusto C. Coello publica, a través de la editorial Coello Hermanos propiedad de sus hijos, el sonetario: Un soneto que manda a hacer violante, que a la postre sería su último libro pues en septiembre de este año, fallecería en El Salvador este gran hondureño que muchas glorias le dio a su patria.
* Cásase en segundas nupcias Rafael H. Valle, con la peruana Emilia Romero, misma que lo acompañaría hasta la hora de su muerte. La boda se realizó en Perú en el mes de abril.
* Aparece en Tegucigalpa la revista América Unida, vocera del IHCI. Dirigieron la misma Jorge Fidel Durón y Harris D. Mathewson.
* En la Gaceta Rotaria, Jorge Fidel Durón, publica su drama: Prisión y fuga de Francisco Morazán, alusivo a la cercana fecha del centenario de la muerte del paladín centroamericano.
* La revista cubana Bohemia, auspició un concurso iberoamericano sobre la personalidad del pensador cubano José Martí. Nuestro compatriota José Francisco Martínez resultó ganador en el área centroamericana con el trabajo Señales Filosóficas de José Martí, siendo este trabajo publicado íntegramente en dicha revista. Ese mismo año, Martínez ganó otro concurso de drama en México, también a nivel iberoamericano, con el trabajo el Dr. Goyena y el Guerrillero.
* Muere en El Salvador, el 7 de septiembre, Augusto C. Coello, autor de nuestro himno nacional.

CARLOS IZAGUIRRE

Nacido en Tegucigalpa en 1885, Carlos Izaguirre llenó toda una época literaria con sus obras editadas en su ciudad natal.- De ellas mencionamos "Inquietudes", "Readaptaciones y Cambios", "Desiertos y Campiñas", "Sonetos y Prosas", el poemario "Nieblas", las novelas "Alturas y Abismos" y la más famosa "Bajo el Chubasco" publicada en dos tomos.- Carlos Izaguirre contrajo nupcias con la poetisa hondureña Margarita Romero (Mirta Rinza) inspirada mujer que contribuyó a que el escritor dejara tan rico legado en las letras hondureñas.- Falleció en 1956 a los 71 años de edad.

JULIO RODRIGUEZ AYESTAS

Antólogo, hombre que dedicó la mayor parte de su vida a investigar la historia nacional, a recopilar documentos valiosos y preservar el rico tesoro de obras archivadas.- Julio Rodríguez, conocido entre sus amigos más cercanos y contemporáneos como "Colito", fue director de la Revista Anales del Archivo Nacional y escribió varias obras de alto contenido histórico.- Gustaba de reuniones con intelectuales conformando peñas en las bancas del Parque Finlay, en la librería Molino y antes de su muerte frecuentaba el estudio de Leticia Silva de Oyuela donde compartía con hombres de pensamiento como Filander Díaz Chávez, Marcos Carías Zapata y muchos otros que participan en las tertulias literarias y de investigación en la casa de la acuciosa Lety Oyuela.- Julio Rodríguez Ayestas nació en La Plazuela de Tegucigalpa en 1912.

SALVADOR TURCIOS

Comayagüela en 1890 fue su solar nativo.- Pensador de alma sensitiva lo llevó en 1914, recién fundado el Diario El Cronista a incursionar en el periodismo nacional y a escribir sus obras que le dieron figuración en las letras hondureñas.- Así publicó entre otras "Libro Araujo", "Libro de los Sonetos", "Al margen del imperialismo yanqui", "La personalidad de Paulino Valladares" y "Homenaje a la Santísima Historia".- A los 83 años de edad cuando discurría el año 1973 entregó su alma al Divino Creador. Poeta con la influencia de la raza indígena dejó en sus poemas plasmado la estirpe de la sangre que predominaba en sus venas y prueba de ello es el verso con el cual cerramos nuestro artículo de hoy.

ADOLFO ALEMAN GOMEZ

Nació en Tegucigalpa en 1929, perteneciendo a una familia de poetas y periodistas.- Su hermano mayor Vicente Alemán (Claudio Barrera), Pablo que ejerció el periodismo en Venezuela y Luis dedicado a sus letras en diferentes medios en esta ciudad junto a su esposa Estela de Alemán.- Adolfo laboró para los diarios "Prensa Libre" y "El Nacional", fue jefe de redacción de la revista "Tegucigalpa dirigida por Alejandro Castro h..- Sus obras más conocidas "Tinajas de Barro", "Tierra Abierta", "Arenas Movedizas" y "Misión Sur". De la misma generación de los poetas y escritores Oscar Acosta Zeledón, Pompeyo del Valle, David Moya Posas y Armando "Chilío" Zelaya, Adolfo Alemán es otro de los intelectuales olvidados de nuestra ciudad.- Falleció en Tegucigalpa en 1970.

ANTONIO OCHOA ALCANTARA

Originario de Tegucigalpa abrió sus ojos para ver la claridad del mundo en uno de los viejos barrios en 1893.- Escritor y periodista político perteneció a la plana de redactores de Diario "La Epoca" y editó en la imprenta La Democracia sus obras más conocidas como "Gemas", "La Nueva Honduras", "Anforas de Amor y Dolor, de meditación y muerte", "Cerebros del Mundo", "El arsenal de la Democracia", "La fragua de la victoria" y "Comentarios políticos".- Varios poemas de sus momentos de inspiración se publicaron en diarios capitalinos y en su obra "Gemas", distinguiéndose además como miembro de los cuadros de dirección del Partido Nacional.- Falleció en la capital en el año 1968.

JOSE FRANCISCO MARTINEZ

Nació en Comayagüela en 1915 y a muy temprana edad comenzó a trabajar como periodista primero en el Diario "La Epoca" y posteriormente en el periódico "Honduras Nueva".- Chico Martínez era un hombre muy sencillo y con muchas dificultades publicó sus obras entre las que recordamos "Honduras Histórica", "Breve historia constitucional de Honduras", las novelas "Viaje a la Mosquitia" y "Grandezas y Miserias" además el drama para teatro "El Doctor Goyena y el Guerrillero".- En el año 1989 el gobierno de la República presidido por el Ing. Azcona le otorgó el Premio Nacional de Literatura Ramón Rosa.- Falleció en Tegucigalpa en 1991 a la edad de 76 años.

MARCO ANTONIO ROSA

Leer a Toño Rosa es adentrarse en las tradiciones y costumbres de nuestro pueblo.- Compartía su tiempo en vender en su elegante almacén del centro de la ciudad, una prenda masculina de marca, un reloj Hamilton, una refrescante loción para hombres, con la entretenida tarea de hilvanar en su estudio de la casa que habitaba en uno de los callejones de La Moncada con vista al Río Grande, sus originales pensamientos que le daban vida a las novelas y cuentos salpicados del más alto contenido criollo.- Toño Rosa era un hombre afable, ocurrente cuando se platicaba con él y gozaba comentando sus obras como "Eva Crucificada", "Tío Margarito", "Mis tías las Zanatas", "Inquietudes", "Jueves Jacarandosos", "La Tegucigalpa de mis primeros años", "Estrenando la Juventud" y otras que enriquecieron la Biblioteca Nacional.- Marco Antonio Rosa nació en Tegucigalpa en 1899 y falleció en la capital hondureña en 1983.

GUILLERMO BUSTILLO REINA

Nació al otro lado del Río Grande o Choluteca, la vieja Villa de la Concepción de Comayagüela en el año 1898.- Graduado de bachiller en el Instituto Nacional se dirigió a León, Nicaragua para estudiar derecho, carrera que finalizó en la Universidad de Honduras.- Humanista por excelencia, Bustillo Reina se dedicó desde muy joven a escribir haciéndolos en Nueva Orleans y en La Habana, Cuba.- Ingenioso para plasmar en el papel sus pensamientos, Bustillo Reina dejó su imborrable huella en obras como "Romances de la Tierruca" y "Opalos de Erandique".- Como periodista se distinguió al dirigir el periódico político "Blanco y Rojo".- El valor intelectual de Bustillo fue reconocido por el Estado al otorgársele en 1953 el Premio Nacional de Literatura.- Falleció en 1964.

ARTURO MARTINEZ GALINDO

Vino al mundo en la Tegucigalpa del año 1900 y cuando sólo contaba con veinte años de edad, incursionó en las letras junto a Froylán Turcios colaborando con el gran escritor para editar la Revista Ariel.- En el extranjero ávido de cultivar su intelecto conoció a figuras descollantes de la literatura de aquel entonces y retornó a la patria cuando la política constituía un peligro para quien o quienes se mostraban adversos al gobierno imperante.- Combativo en sus escritos contra el régimen, utilizando el pseudónimo de Julio Sol, con valor se enfrentó desde la tribuna que utilizaba para fustigar al Comandante de Armas de Trujillo lo que le costó la vida al ser asesinado en Sabá, Colón en 1940.- Su obra más conocida fue "Sombras" un libro de cuentos de alto contenido sociológico.

ARTURO OQUELI HERNANDEZ

Hombre sencillo, vivió con la humildad que caracteriza a los hombres que aprecian más la riqueza del espíritu que aquellas materiales que confunden el alma.- "Pituro" nació en 1887 aspirando el aire puro que se desprendía de las entonces verdes montañas que rodeaban a Tegucigalpa.- En una casa de adobes en el barrio El Jazmín, su hogar materno, el escritor pasaba la mayor parte de su tiempo emborronando cuartillas y tomando los pocillos de café que amorosamente le preparaban su esposa "Chepita" y su cuñada "Choncita".- Ese fue el entorno donde se inspiró para escribir sus famosas novelas "El Gringo Lenca", "Lo que dijo don Fausto", "El Brujo de Talgua", "El Cultivo de la Pereza" y Silbando al Viento".- Escribía artículos para los diarios impresos de la capital enrolándose así en el periodismo nacional siendo uno de los fundadores de la "APH".- Sin más fortuna que sus magistrales obras, "Pituro" Oquelí falleció en la ciudad de sus amores en 1953.- Le sobreviven sus hijas Milvia y Seyda.

DR. ADOLFO ZUÑIGA

Este eminente abogado, diplomático y periodista, nació en Tegucigalpa en 1836 y fue de los intelectuales que colaboraron con el Dr. Marco Aurelio Soto en el proyecto de nación que la historia registra como la "Reforma Liberal".- El Dr. Zúñiga junto a Ramón Rosa lograron sustentar las bases de un sistema progresista que transformó a la República, ideales que defendió con valentía frente al conservatismo desde las páginas del periódico "La Paz" que se editaba por los años ochenta del siglo XIX en la capital de la República.- A la edad de 64 años, al iniciarse el siglo XX, en 1900, su llama intelectual se apagó en la misma ciudad que le vio nacer.

OSCAR ACOSTA ZELEDON

                                   Entrevista Por: Blanca Moreno -- Fotos: Víctor Colindres
Oscar Acosta Zeledón es una versión moderna de un "caballero andante" salido de uno de sus viejos libros españoles, para rescatar la identidad nacional ya sea como poeta, editor, escritor, diplomático, periodista, antólogo e investigador cultural.
A sus 70 años --recién cumplidos-- don Oscar es un incansable literato y viajero; ahora tiene un sueño: las memorias del científico Salvador Moncada y conocer Cuba, la isla del Caribe.

Convertido en un "soltero de oro" --nuevo apelativo de su amigo "Paquito" Morales Cálix-- sigue con el mismo entusiasmo de sus años mozos, cuando la poetisa Clementina Suárez lo bautizó como el "revistero mayor".

Hombre sensible y de bien, a Acosta Zeledón le duele en lo más profundo de su ser cuando en el extranjero dicen que Honduras es corrupta y es entonces que añora el retorno a la ética.
Asimismo lamenta que en los periódicos modernos destaquen una biografía de Chakira o Ricky Martín y echen al "canasto del olvido" la galería de hombres y mujeres ilustres que ha tenido Honduras.

En una entrevista para Día 7, don Oscar nos habla de su recorrido por el mundo, de sus conversaciones con escritores y políticos, revelando su verdadera personalidad acuciosa y su alma rebelde.

--¿Por qué escogió el Periodismo Cultural? 
--Ese es el que a mí me gusta y creo que es necesario para afirmar nuestra identidad. Es una cosa lastimosa que en los periódicos --a excepción de LA TRIBUNA-- le estén dando poco espacio a la noticia cultural. Algunos medios no hacen periodismo cultural, por consejos de asesores o consultorías extranjeras. A mí me interesa saber más quien era Medardo Mejía, Policarpo Bonilla, Juan Lindo, que quién o es Ricky Martin. 
--¿Qué experiencias ha tenido con el Periodismo Cultural?
Gratísimas experiencias, porque a través del Periodismo Cultural, me ha dado la oportunidad de establecer lazos de amistad con grandes escritores como Miguel Angel Asturias, Juan Carlos Onneti, Hugo Lindo, Otto Raúl Gonzales, Pablo Antonio Cuadra. Cuando dirigía las páginas culturales de diario El Día, publicaba bastante de los escritores españoles y años después recibí una condecoración al Mérito Civil por el gobierno de España.
--Los escritores tienen fama de ser caprichosos... ¿usted se encontró con alguno así?
Sí. Hay encuentros y desencuentros. Son celos, son un poco "vedettes", hay amigos y otros pocos que por razones que sólo ellos lo saben se distancian... 
--Una anécdota especial con sus entrevistados...
En mis memorias menciono varias. Un adelanto...generalmente los escritores fracasamos cuando nos metemos en política. El político le exige sumisión a sus amigos y seguidores. El escritor y periodista no puede ser sumiso. Uno tiene que decir sus verdades y hay políticos que no las aceptan. Hay políticos que llaman a los directores de periódicos, para quejarse que los están atacando, cuando lo que se hace es informar la realidad, somos espejo de la realidad. Los escritores y periodistas tienen problemas con los políticos. 
--¿Usted es político y periodista?
Yo fui miembro del Comité Central del Partido Nacional y en alguna oportunidad se me ofreció una diputación y vino don Martín Agüero y me dijo: mire Oscar le echaron "bola negra" porque dijo que usted es muy "levantista". Algunas veces dijeron que era comunistoide porque publicaba poemas, cuentos y ensayos de gente de izquierda. Cuando ingresé al servicio exterior, se me decía que era derechista. Yo me considero un demócrata.
--¿Cuál ha sido su entrevista más difícil?
Con Jorge Luis Borges en la feria Internacional del Libro de Jerusalen en 1971. En una plática yo quería entrevistarlo y él se cerró que no conocía nada de Honduras. Maestro, le dije, en Honduras hay mucha admiración por usted y yo he sido un lector suyo desde 1950. El no respondía, se puso cerrado muy impermeable. Le dije que en la prensa de Buenos Aires han escrito hondureños como Arturo Mejía Nieto, Rafael Heliodoro Valle, Jaime Fontana, Marcos Carías. No los conozco, nunca he leído nada de ellos, me contestó bien hermético....
--Se le salió lo "argentino"...
Ja, ja, ja --El ex ministro de Cultura, Herman Allan Padget, se quejaba porque las noticias culturales no vendían, ni le interesaban a los periodistas...
Hay un sector de personas que se interesan mucho por la cultura. Con ello se reafirma nuestro hondureñismo, porque lo estamos perdiendo. A mí me procupa que un estudiante sepa quién es Bin Laden, pero que no sepa quién es Ramón Rosa. Los valores se han trastocado, estamos viendo afuera y hay que retornar a Honduras. Tengo la Editorial Iberoamericana y allí hemos rescatado nuestra riqueza cultural, conceptual, literaria e ideológica. Allí están los cuentos de Froylán Turcios, Medardo Mejía, Oscar Flores...

--¿Qué diferencia encuentra entre los viejos y nuevos periódicos?
Los viejos periódicos tenían más contenidos. Ahora los veo volátiles y un poco livianos.
--Pero usted estuvo dirigiendo una revista en El Heraldo...
Bueno a mí me llama mi amigo Francisco Morales Cálix. Durante siete años fui editor de la revista Vida, y ceso en mi cargo el 31 de diciembre del 2002. La revista ya no tiene el contenido concebido, aunque lleve el mismo nombre.
Desde allí se le dio mucho empuje a la literatura y a la pintura hondureña. Los países desarrollados exhiben su tecnología y nosotros debemos mostrar lo que tenemos. Ojalá se potenciara el Ministerio de Cultura.

--¿Qué opinión le merece el Ministerio de Cultura?
Lamentablemente ha sido la "cenicienta" o la "niña fea" dentro del Gabinete. Se la han dado a políticos que no tenían nada que hacer allí.
--Hablando hipotéticamente si usted fuera ministro de Cultura, qué haría?
Haría una remodelación completa y ver si se pueden pagar prestaciones porque el 90 por ciento del Presupuesto se va en salarios. La ministra actual Mireyita Batres hace lo que puede. Han buscado padrinazgos para editar libros. El gobierno debe remozar el Ministerio y darle fondos. Cuando vino Ernesto Cardenal a Honduras, le ofrecí una cena y dijo que en su país pasaba lo mismo con la cultura.
--A su juicio, cuál ha sido el Presidente que ha impulsado la cultura? 
Creo que Juan Manuel Gálvez. El autorizaba la impresión de libros en la Tipografía Nacional. Porque a los escritores --que no podemos vivir de lo que escribimos-- nos estimuló dándonos embajadas, secretarías y agregadurías de embajadas para que nos desarrollaran. Nuestra pricipal figura literaria, Rafael Heliodoro Valle, fue su embajador en Washington. Me acuerdo que fueron diplomáticos escritores: Jaime Fontana, Arturo Mejía Nieto, Miguel R. Ortega. Eliseo Pérez Cadalso, la llamó la "edad de oro" de la diplomacia en Honduras. Además el presidente Galvez, le dio cargos de importancia a los poetas: Céleo Murillo Soto, en la dirección Nacional de Correos; Claudio Barrera, director de Correos en Tela; Daniel Laínez un cargo en la Tipografía Nacional.
--Le ve futuro a la literatura hondureña...
Nosotros tenemos grandes poetas por ejemplo, Roberto Sosa, Pompeyo del Valle, Rigoberto Paredes, José Adán Castelar, José Luis Quezada, José Gonzales. En la cuentística tenemos a un Julio Escoto, Roberto Castillo; ensayistas a Helen Umaña. En lo que andamos un poco pobretones es en el teatro, después de la muerte de Francisco Salvador sólo queda Alma Caballero. Pero hay que estimular todavía y que nuestra gente no se muera de tedio. Pienso que los premios ayudan en algo porque estimulan.
--¿De dónde le salió la afición por los libros?
Desde pequeñito compraba una revista chilena que se llamaba "El Peneka". También dibujaba y una vez me gané un premio de 50 dólares en una revista mexicana de dibujo con un argumento mío. Me gustaba leer libros, revistas y periódicos. He sido periodista por 22 años y 30 como diplomático. Cuando retorné a Honduras en 1958 --con el cambio de funcionarios-- vine a trabajar al diario El Día, primero como reportero, jefe de Información, jefe de Redacción y sub -director. No fui director, porque eso era el dueño y allí no se podía... ja, ja ja.
--¿Cómo inició su vida diplomática?
En 1952 vino el poeta Jorge Federico Travieso y me dijo que iba a cesar de agregado cultural en México, porque lo trasladaban a Brasil. Me aconsejó que pidiera su cargo y yo le hablé al presidente Juan Manuel Gálvez y me dijo que sí. Después me llamó el canciller Valenzuela que me comunicó que el puesto solicitado se lo iban a dar a "Chabelita" la viuda de Alfonso Guillén Zelaya, y me ofreció la Secretaría de la embajada de Honduras en Lima, Perú. Entonces de 19 años, siendo un mozalbete me fuí al Sur y no al norte; estoy contento porque allá conocí a la que fue mi esposa, una española que estaba de vacaciones. El primer embajador en Perú fue Octavio Cáceres Lara.
--Tanto en la Diplomacia como en el Periodismo se dan las "intrigas". Usted ha enfrentado alguna situación de éste tipo?
He trabajado con 16 cancilleres con varios gobiernos, incluyendo los militares, los triunviratos y luego el régimen democrático. En el tiempo de Fernando Martínez nos canceló a varios embajadores (Roberto Flores Bermúdez, Rafael Leiva Vivas, Max Velázquez Díaz...) y nos mandó a "disponibilidad". Eso produjo mucha inestabilidad.
Después se me reintegra como embajador asesor. Vino Iván Romero Martínez a ofrecerme varios cargos en el extranjero, pero yo quería estar en Honduras. Voy a Madrid, una vez al año. Tengo muchos recuerdos y allí murió mi esposa hace 11 años.

--Usted es viudo desde hace 11 años. ¿Se volvería a casar?
No se sabe. Recuerde que casamiento y mortaja del cielo baja. Mire que se casó don Rafael Callejas Valentine. Ahora estoy considerado entre los "solteros de oro" y como le digo nunca se sabe....

Después de la entrevista, don Oscar nos cuenta que está empeñado en escribir las memorias del legendario Oswaldo López Arellano (OLA) y que frecuentemente se reúne con el doctor Carlos Roberto Reina que también escribe un libro de su vida.

Lo observé jovial y cariñoso con su hijo menor que se llevó a un perro de piel café bien lustroso. "Dice la señora que tengás cuidado con los de la Alcaldía" le aconseja, mientras me explica que lo lleva a vacunar.

A los 70 años, Acosta, lector apasionado de la literatura española y de un códice castellano del siglo XVI ha adoptado un emblema que sigue a pie juntillas: "no tener deudas ni amoríos, ni pleitos, ni riñas, ni repartos de bienes con los parientes, contentarse con poco, no esperar nada de los grandes, acomodar los deseos a la realidad. Vivir honradamente y sin ambiciones, entregarse sin escrúpulos a la devoción, dominar las pasiones, hacerlas obedientes.

Conservar el espíritu libre y el juicio firme es esperar en casa con gran sosiego, la muerte". Me lo lee, antes de encaminarme hasta mi vehículo con una buena cantidad de libros, que me regaló.

El es:
Literato, diplomático, editor, poeta, periodista y antologista. Oscar Acosta Zeledón prefiere que se le reconozca como el "revistero mayor" porque así lo llamaba Clementina Suárez. El laureado y prolífico escritor arribó al mundo hace exactamente 70 años el 14 de abril --día de las Américas-- de 1933, en el barrio Las Delicias de Tegucigalpa, dentro del hogar formado por Ismael Acosta y doña Mélida Zeledón, de origen nicaraguense.

Sus estudios primarios los hizo en la escuela Lempira de Comayaguela y los secundarios en el Instituto Central "Vicente Cáceres". De sus añoz mozos recuerda que a los 17 años ganó un premio con un tríptico al padre José Trinidad Reyes, teniendo como contendientes a los ahora abogados Cesar Batres y Max Velásquez Díaz.

La primera publicación que dirigió Oscar Acosta, al lado de Adolfo Alemán, fue "Voz Estudiantil", Organo de la Federación de Estudiantes de Segunda Enseñanza en 1950. Además dirigió otras revistas culturales.

Alejandro Castro hijo lo nombró jefe de Redacción de la revista "Tegucigalpa" en 1951 y desde allí entrevistó al Presidente Juan Manuel Gálvez, Daniel Laínez, Claudio Barrera, Jorge Federico y Manuel Luna Mejía. En 1965 fundó la revista "Extra", donde colaboraron: Carlos Roberto Reina, Oscar A. Flores, Victor Cáceres Lara, Ramón Ernesto Cruz, Jorge Fidel Durón, Eliseo Pérez Cadalso.

Laboró como jefe del Departamento Editorial de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) y de Extensión Universitaria y laboró como reportero hasta sub-director de diario El Día.

Ingresó al Servicio Exterior en 1952 y sale en 1958. Después volvió en 1973, hasta la fecha que funge como embajador asesor en la Cancillería. Se desempeñó como embajador en siete países europeos entre ellos España, Italia y el Vaticano, concurrente en Holanda, Grecia, Hungría, Yugoeslavia y Rumanía.

Entre sus numerosas obras se destacan: Rafael Heliodoro Valle, Vida y Obra, Poesía Hodureña de Hoy, Alabanza de Honduras. Ha editado los Cuentos Completos de Ramón Amaya Amador, de Marcos Carías Reyes, Medardo Mejía, Laura Díaz Chávez, Víctor Cáceres Lara.

Durante 37 años estuvo casado con la dama española Edelmira Valdes, con la que procreó cuatro hijos: Laura, Sergio, Oscar y Rodrigo.

En su acogedora residencia, donde vive con sus libros, guarda con especial esmero nueve condecoraciones que le han sido concedidas por Perú, España, Chile, Guatemala, Italia, El Vaticano, la Soberana Orden Militar y Hospitalaria de Malta y Honduras.

Actualmente es editor de la revista "Diplomacia" que dirige Sergio Acosta y de la Revista Política de Honduras, publicaciones de la ditorial Iberoamericana de Tegucigalpa.

Acosta sigue activo en su mundo de la cultura. Recientemente fue jurado de los "cuentos cortos" de la Universidad Pedagógica Nacional y del premio periodístico "Céleo Murillo Soto".

Por: Nahum Valladares y Valladares
En el inventario de los nombres de ilustres ciudadanos de las letras capitalinas que en sus respectivas épocas enorgullecieron la tierra que les vio nacer, mencionamos con mucha frecuencia al presbítero don José Trinidad Reyes, músico, poeta y escritor, a Ramón Rosa, prosista, historiador, ensayista y exquisito bardo, a Juan Ramón Molina considerado el más grande de los aedas hondureños, Rafael Heliodoro Valle genio de la literatura continental, Daniel Laínez el poeta de los pobres, Augusto C. Coello el autor de la letra de nuestro Himno Nacional, a Adán Canales enjundioso periodista, Marcos Carías Reyes brillante hombre de letras, Rómulo E. Durón historiador y escritor, Antonio R. Vallejo investigador de nuestra historia, Alejandro Castro Díaz, Adán Coello, el poeta laureado Luis Andrés Zúñiga y entre los más recientes Oscar A. Flores, Alejandro Castro h., Alejandro Valladares B., Enrique Gómez y otros que le dieron prestigio a las letras hondureñas y quienes en los últimos años se incorporaron a la galería de los inmortales en el más allá.

Sin embargo, las ciudades de Tegucigalpa y Comayagüela han sido cuna de otras figuras que han quedado en el olvido por desconocimiento de sus obras y porque muy poco se enseña en la actualidad de lo que ellos representaron en la literatura.- Hoy les rendiremos tributo a esos intelectuales capitalinos que han sido olvidados y que merecen sitio de honor en nuestra historia.

Heber E. Sorto

(Olanchito, 1973)
Heber es el benjamín de los poetas olanchitenses. Recientemente publicó su primer poemario editado por la Universidad Nacional Autónoma de Honduras- l ras.
Costumbre
En Olanchito
cuando los apagones de luz
las familias salen
a los patios frescos
ahí narran historias
o discuten la dura realidad
en esos momentos
nadie sobrepasa a nadie
ancianos adultos y niños
todos cada uno a su manera
describen el peligro
Su título: CANTO NUESTRO.
I Sus poesías son de tono tranquilo, sin ironías ni malabares lingüísticos, natural... Tiene un tono familiar como de quien va descubriendo los amplios andenes de la vida y del of icio. Sus temas son: el padre, la novia, el obrero, la poesía misma, su pueblo y la calle del barrio; temas eternos, presentes en la poesía desde el primer asombro del hombre ante la palabra.
Canto Nuestro
Dejemos para otros
los volcanes de sabiduría
Nosotros somos distintos;
una paciencia nos asiste.
La vida la entendemos simplemente.
La lluvia troja y los frutos que caen
en el solar ajeno
sabemos que no son nuestros.
Vivimos rodeados de
incontables espejismos
pero conocemos donde encontrarnos
aferrados a la realidad.
No seamos aves que sacan
ojos en vez de peces,
no somos los frutos
oscuros de esta tierra,
entre nosotros está el amor,
nada puede perdernos,
nada.
En CANTO NUESTRO Heber, busca su propia voz, busca nuevas formas de escribir poesía para abrirse paso por la vereda literaria de nuestro país. ¡Bienvenido!
Narradores, ensayistas y columnistas
Año 1981, Tegucigalpa, librería
Guaymuras. Es de mañana. Un muchacho
trigueño e imberbe corre a atenderme. Lleva
un libro en la mano y sus dedos los usa como
separadores de páginas. "Quiero este y este
libro", le digo. "Aah, este es muy bueno,
también le recomiendo este, es buenísimo.
¿ya leyó este?", me pregunta entusiasmado.
Esta escena se repitió varias veces y así nos
hicimos medios amigos. Muchas veces lo
encontré ocupado en su actividad preferida: leer.
No niego que por momentos lo envidiaba.

Marco Tulio del Arca

"Y la guerra no tiene compasión".
Conocido por sus artículos periodísticos, comentarios de opinión y algunas poesías editadas en revistas literarias y suplementos del país, en los que se advierte la vena poética de profundo arraigo Américo. Marco Tulio edita su primer poemario BAJO EL SOL DE TODOS en 1992. El cual es un alegato poético contra la guerra y sus consecuencias: La Guerra del Golfo Pérsico. Denuncia lo absurdo de la violencia y el odio entre los hombres. Quizá sintamos el poemario de una realidad lejana, tan lejana como Bagdad, atacada por los misiles Patriot lanzados desde el otro lado del Pérsico por órdenes de Bush. Pero hasta aquí llega el olor a pó1vora y el desgarre humano de esa gente que ama, vive y muere como nosotros. El poeta es un ser universal desde que lanza un poema al vuelo anda por los aires hasta que se posa en el árbol de la sensibilidad del hombre. E1 mejor bien que puede enseñarnos la lectura de este libro es el de maldecir la guerra aunque esta sea la paz del futuro.
El Viaje de una bala.
Son raros
los que vendrán
y muchos los que

abrazará
el desierto
pero pocos
entenderán
el viaje de una bala
(Bajo el Sol de Todos)
No contento con haber editado el libro BAJO EL SOL DE TODOS, Marco Tulio publica un año después su segundo poemario: 

PARA QUE MAMÁ NO haga EL VIAJE...,
de edición bilingüe (español - inglés). Este libro ha merecido el reconocimiento de la crítica extranjera, principalmente de Nueva Orleans, Estados Unidos. Si el primer libro es un alegato contra la guerra y sus consecuencias. Para que Mamá no intente el viaje es un alegato con el corazón mordido por la nostalgia. Escrito la noche de navidad de 1991, faltando minutos para las doce, ese mágico momento en que aquí, en Honduras todos nos confundimos en un abrazo de hermandad deseándonos lo mejor para el futuro. El autor corroWo por la tristeza escribe a miles de kilómetros de la casa y de la familia, del abuelo y del perro. .. Todo el libro es un poema de inspiración -quizá visceral en el que se aprecian versos que son verdaderos encuentros los cuales han sido valorados por intelectuales latinos radicados en Nueva Orleans.

El libro es emoción, es desahogo, es sentimiento; escrito de un solo tirón lo que no le resta calidad al trabajo. Del Arca da prestigio a nuestra literatura, prestigio a Olanchito y desde luego, a nuestra patria.
Guerra
Paloma
deshecha
en el polvo de un ángel
puñal
repetido
en la almohada de un niño
guerra
Golpe de metal
en los ojos de Dios
Dos ideas se contraponen en este libro: "Mamá no vengas a esta urte de asfalto y de cemento, de indocumentados hacelo todo, negros despreciados, y la otra: el afecto, la nostalgia, el recuerdo del ámbito familiar, el llanto contenido y el apego a la madre patria que caracteriza al latino mojado o seco que vive en Estados Unidos. La noche de navidad, la mayor fiesta del año; los niños queman petardos en la calle, el borrachín del barrio da vivas a su partido, los chavos se preparan para ir a la disco, todos lucen sus estrenos, el merengue suena en la consola, el macho saca el pistolón y descarga su
angustia al aire (menos mal), el sabroso tamal humea en la mesa, el cálido abrazo de un vecino, jesús, maría y josé en el nacimiento y las luces intermitentes del árbol de navidad; esa misma noche a miles de kilómetros de su casa, encerrado en un apartamento de donde quizá se vean las torres gemelas junto a una ventana donde se ve caer la nieve, un hombre solo escribe (Véase poema).
Actualmente algunos poemas de Marco Tulio son considerados para incluirlos en la antología Edge of Twilight (Library of Congress iSBN l-5ó1ó7-~~~ó) de la National Library of Poetry en Owings Mills, Maryland, EE.UU. Así se valora el esfuerzo creador de este poeta de Olanchito. ¡Salud!
"mamá
te escribo hoy
24 de diciembre de 1991
desde la avenida beekman
en el sur del bronx...
aquí hay ratones más grandes
como la falsedad del presidente...
pero no olvidamos...
mama
faltan 25 minutos para abrazarte
en el incendio
de esta loca ciudad...
todo por vos
madrecita linda
orquídea iluminada...
estas conmigo en la ternura más profunda
y en la clorofila del recuerdo...
mamá
son las doce en punto...
la navidad es amarga...
aquí
no existe olor a pólvora...
mamá
no vengas a new york
mejor espera
a que te llegue
en el tamaño de una postal".

José Luis Quesada

Pepe Luis Quesada, junto con Nelson Merren, Tulio Galeas y José Adán Castelar, perteneció al grupo .(La Voz Convocada» que se organizó en La Ceiba, allá por los años sesenta. Cuando Pepe LUiS se radicó en Tegucigalpa formó parte del grupo
«Tauanka>>, entre sus integrantes se encontraban Rigoberto Paredes, Alexis Ramírez y otros buenos poetas. 



Sus libros: 
PORQUE NO ESPERO NUNCA MÁS VOLVER, CUADERNO DE Testimonios, LA VIDA COMO UNA GUERRA, SOMBRA DEL BLANCO DIA, LA MEMORIA POSIBLE. (Antología personal, 1990)

(Animal intimo, Cuaderno de Testimonios)


Quesada es de los poetas que escriben como trabaja un cirujano: hundiendo el bisturí sobre la piel de la patria, en las carnes más infectadas. De allí que nos entregue una poesía en donde se percibe una preocupación por el hombre, por el ser humano, por el amigo hermano, el hondureño. 

Mayoría de Edad

Mamá querida
no fumo estoy muy bien
mis pulmones responden
respiro con firmeza
pienso en ti y en mi gente
y se que a todos los quiero
y que además adoro locamente
las flores los tejados
y todo lo que forma parte de la patria
sin meter al gobierno
y quiero también al vecino de enfrente
y a la loca de al lado
estoy enamorado del humo de la cocina
y de la ranita del lavadero
Oh que hermosa vida
ahora que es posible para siempre
tal como nos enseñan
ciertos hombres honrados
en unos libros de política
que hay que leer hasta muy tarde
y donde se establece
el porvenir de todos los pobres
todos los oprimidos
a través de un hecho profundo
que se llama revolución
sin la cual ciertamente
no hay patria no hay mamá
no hay ranita en el lavadero
ni siquiera aquel disco
que tanto te gustaba


(El Amor y Otras Guerras,
Cuaderno de Testimonios)


Para este autor la vida sin poesía es un error irremediable, del cual él se salva escribiendo versos entusiastas; a veces con un tono conversacional, a veces tierno, otras veces violento: "Quiero escribir la vida de golpe" ... "Quiero que griten mis amigos muertos", escribe su coterráneo Livio Ramírez; y Pepe Luis hace lo mismo: "Tengo en el corazón una fiera, un poseso, que podría tallar tu estatua a manotazos"... (Acuérdate).

Los poemas de Quesada no son producto de un lirismo refrito que termina levantando banderas o alzando los brazos en favor o en contra de ésta o aquélla idea. No. Sus poemas reflejan el sentido profundo e inesperado, ilógico e irracional de nuestra realidad: "Tegucigalpa es una res quemada viva/ nada debe azorarte/ la realidad que se desborda/ te desborda también"... "Qué lindos semejantes/ que adorables humanos/ por más que sufran siempre están conmigo" ... "Volvamos patria a lo que nos interesa". (Todos estos versos tomados del libro CUADERNO DE TE testimonios, Ed. Universitaria, 1981).


E1 hogar, el pueblo de su niñez, la familia, los amigos, los amores, la solidaridad son temas de Quesada que es hoy por hoy una de las voces más sinceras de la poesía hondureña.

Pepe Luis acaba de publicar un libro de cuentos, algo fuera de lo acostumbrado que nos tiene con sus poesías. Me refiero al FALSO DUENDE.

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